Parar, paga.

Por: María Álvarez

17 de junio de 2016

"La libertad no se implora de rodillas, se conquista en los campos de batalla"

Eloy Alfaro

La semana que hoy termina, inició con un hecho histórico que dará muchos análisis en el futuro inmediato y que de paso empieza a perfilar el camino a seguir del movimiento popular colombiano, nos referimos a la finalización exitosa del paro agrario convocado desde la gran Cumbre Agraria Étnica Campesina y Popular.

El paro agrario que movilizó cerca de 80 mil campesinos, indígenas y afro descendientes no sólo estuvo motivado por el incumplimiento de los acuerdos que el Estado colombiano hizo con los movilizados en el 2013, sino precisamente las nuevas condiciones materiales objetivas que siguen arrastrando a la inmensa mayoría de la población colombiana a la miseria. Por eso, de nuevo, las organizaciones que coordinan esfuerzos en lo que se conoce como Cumbre Agraria Étnica Campesina y Popular acuden a la movilización, al paro, a la marcha, a los plantones y a la protesta, como armas en la lucha por la construcción del buen vivir de todos los colombianos.

Los que se movilizaron son una muestra de valor y coraje de un pueblo que está diciendo basta y que empieza andar unificado hacia la transformación radical de la sociedad. Son el ejemplo a seguir en el reclamo de los derechos fundamentales de los colombianos históricamente pisoteados, son parte integrante de aquellos que no se arrodillan frente al asistencialismo, las migajas, y las limosnas que deja resbalar el régimen imperante para comprar conciencias y aplacar la necesaria insurrección.

La Cumbre Agraria Étnica Campesina y Popular entre otras cosas negoció garantías para la protesta social; comisión de paz participación y derechos humanos; Víctimas; Tierras para población indígenas; territorio; medio ambiente; asuntos minero-energéticos; Zonas de reserva campesina; acuerdos incumplidos entre otros. Cabe señalar que el gobierno departamental también empeño la palabra en dar cumplimiento a la firma del decreto que da vida legal a la Mesa de Interlocución y Acuerdos.

La movilización finalizada con un exitoso es un paso en la discusión nacional necesaria, evadida por el gobierno, "el modelo económico", modelo plasmado en el plan nacional de desarrollo, aprobado por el congreso apátrida existente, dirigido desde la OCDE, y que se proyecta como carta de navegación a largo plazo.

El modelo económico imperante en Colombia es la llaga que ahora están hurgando los valientes integrantes de la Cumbre Agraria Étnica Campesina y Popular. De ahí que en las discusiones que se adelantaron con el gobierno, los marchantes colocaron en la mesa de discusión: la política minero energética extractivita, las famosas Zidres que representan la pérdida de soberanía y entrega del territorio a las multinacionales, la privatización de las de las pocas empresas públicas que quedan y de los derechos fundamentales del ser humano como salud, educación; y en general los efectos de un modelo económico depredador e inhumano.

Mientras el gobierno en cabeza de Juan Manuel Santos afirma que el modelo económico no se discute ni en la Habana ni en los paros, el movimiento popular enriquece su capacidad de lucha porque quieran o no en algún momento, más temprano que tarde, el modelo económico del país si se negocia. La lección que dio la Cumbre Agraria Étnica Campesina y Popular no es otra que la que se ratifica en cada huelga, en cada marcha, en cada movilización... Parar si paga.

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