El nuevo acuerdo suscrito entre la insurgencia de las FARC-EP y el gobierno nacional luego del triunfo del NO por un estrecho margen en las votaciones del Plebiscitico el 2 de Octubre, llevó a recibir propuestas de quienes históricamente han vivido de la guerra. El resultado: una guerrilla con vocación de paz dispuesta a ceder en algunas pretensiones de los promotores del NO y un establecimiento que sigue en su ferviente voluntad de lograr una paz barata con el menor costo posible.

Es así que mientras las FARC-EP llegaban a la mesa con propuestas que democratizan el campo de la manera más equitativa e igualitaria para sus pobladores, el gobierno de Santos manifestaba desde el principio la inamovilidad del modelo económico y por ende, del agrario. Aun, en estas condiciones la insurgencia accedió a sentarse en la mesa para discutir 6 puntos de público conocimiento que el 26 de septiembre tuvo su firma final en la ciudad de Cartagena.

Pero luego de lo acontecido el 2 de Octubre, las partes en negociación decidieron analizar y considerar nuevas propuestas de los sectores más conservadores, fascistas y de religiosos que creen estar aun en el siglo 15,y que están representados en figuras nefastas como el expresidente Uribe o el ex procurador destituido por corrupción Alejandro Ordoñez, señores que insisten en la guerra y el sometimiento, como salida al largo conflicto social armado que vive nuestro país.

Ante este limbo que nubló al país, las multitudinarias movilizaciones por la paz no se hicieron esperar. En gran parte, gracias a ellas, el proceso de paz continúa vivo y hoy se puede decir que hay un nuevo acuerdo a la espera de ser refrendado medianteuna las tres posibles posibilidades que la jurisdicción determina (plebiscito, vía congreso o cabildos abiertos).

Sobre las modificaciones realizadas al punto 1 - Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral.

Las más de 35 modificaciones que tuvo el punto 1 - Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral, deja ver la voluntad política de negociación de la insurgencia, ya que este nuevo documento tiene en su mayoría acotaciones de los terrateniente latifundistas y la religiosidad fascista, típica de una tradición conservadora de grandes oligarcas que desprecian al pueblo colombiano. Las modificaciones de forma, influyen de alguna manera el contenido de los nuevos acuerdos, son:

. Incorporación del principio "Desarrollo integral del campo", el cual es una figura que ha caminado por décadas en nuestro país y que ha afectado a millones de colombianos. La visión empresarial del campo es una fórmula que ha permitido concentrar grandes capitales en pocas manos. Aun así, se protegerá la economía campesina, fuente de trabajo y supervivencia de miles de familias y elemento fundamental de los derechos campesinos.

. Relativización del enfoque de género. Se evita hablar de equidad, siendo suplantado el concepto por 'igualdad de oportunidades', un término liberal que ha demostrado resultados negativos. A su vez, se dejan de mencionar a las comunidades sexogénero diversas y a las personas con discapacidades, siendo abarcadas por el concepto de "grupos en condición de vulnerabilidad", el cual contribuye a la eliminación casi caprichosa de la palabra "género" en gran parte del acuerdo, paracomplacer los intereses cavernícolas de acérrimos católicos y conservadores, encabezados por Ordoñez. Para este punto cabe el dicho popular de que "lo que no se dice también existe" y así será en la disputa por la implementación.

. Aclaraciónexplícita de que el acuerdo no toca la propiedad privada. Si bien esto ya estaba dicho -pues el acuerdo es democrático-, los impulsaron la campaña del NO llevaron a hacer ajustes en torno a estepunto, logrando a beneficio de ellos que en el nuevo documentose haga esta aclaración, para asegurarsus millones de hectáreas concentradas en pocas manos. Una vez más cedió la insurgencia para parar la guerra y construir la paz.

. Mayor poder a la institucionalidad pública para la toma de las decisiones y relativización de la participación ciudadana en ellas. El nuevo acuerdo se esfuerza en aclarar quelas políticas a aplicar son planteadas y trabajadas por la institucionalidad, con una participación de la población en torno a la veeduría para la trasparencia y la articulación con las instituciones sin quitar fuerza a sus decisiones, es decir, asumiendo otra concepción sobre esta: ya no es ser parte de todo el proceso, incluidas las tomas de decisiones, sino participar hasta un determinado punto.

. Las 3 millones de hectáreas del Fondo Nacional de Tierras gratuitas ya no serán entregadas en un tiempo máximo de 10 años, sino de 12. Esta situación pone de presente la resistencia del gobierno a brindar garantías a los pobladores rurales y democratizar el campo. La misma tendencia quedó plasmada en los planes nacionales para la Reforma Rural Integral, donde en el anterior acuerdo establecía su implementación en 10 años, que ahora será en 15.

De seguro, ni con estas concesiones hechas al punto 1, la ultraderecha terrateniente querrá dejar de generar un ambiente de especulación y mentira, basada en los odios y la continuidad de la guerra, puesto que de la confrontación se han lucrado y se han hecho famosos sus máximos exponentes públicos. Los acuerdos no son de la insurgencia ni del gobierno, son del pueblo y por esodebemos defenderlos. Por la vida y contra el desarraigo, campesinos, indígenas, afros y desplazados exigen ¡implementación ya!

Solo mediante la planificación de las organizaciones y la movilización social y popular en torno a la implementación, se podrá avanzar en la conquista de un campo para su gente con verdaderas garantías para el buen vivir. Ahora, que de seguro entrará a jugar el empresariado rural en la implementación para no ceder en nada, se hace necesario aunar los esfuerzos de quienes le apuestan a la paz con justicia social, para arrebatarle a la oligarquía lo que por derecho le pertenece al pueblo trabajador y explotado.