REFUNDAR LA DEMOCRACIA EN COLOMBIA A PARTIR DE LOS ACUERDOS DE LA HABANA
Por: Colectivo de Jóvenes de la comuna 6
28 de Julio de 2016
Colombia ha sido escenario de construcción permanente de un modelo de exclusión y privatización que trajo consigo la violencia, el abandono institucional y un conflicto social armado que lleva más de cinco décadas. La inexistente democracia, la exclusión política, la falta de garantías para la participación política y el exterminio a la oposición política han sido elementos centrales en la construcción del Estado. Sumado a esto, la hegemonía impuesta de partidos tradicionales ligados al poder económico, que han negado cualquier tipo de alternativa de poder ha dado muestra de una crisis sistemática en las instituciones estatales.
Es a partir de esta grave situación política que vive el País, que en los diálogos de la Habana entre el gobierno nacional y las FARC-EP se incluye un punto sobre la participación política. El punto dos del acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, representa una oportunidad para la reconstrucción del sistema político permitiendo que sea incluyente y democrático, creando un nuevo esquema para la participación en el escenario por la toma del poder, reconociendo que nuevas fuerzas emerjan sin ser exterminadas como históricamente se ha hecho.
Este acuerdo trabajara por la ampliación de la democracia y contribuirá a cimentar las bases para la paz con justicia social, en la medida en que no permitirá que la violencia sea un método de hacer política como lo han hecho quienes ostentan el poder.
Los partidos y movimientos políticos, así como las organizaciones sociales y populares, gozarán del respeto y la proporción de garantías para la movilización y la protesta, garantías que hasta el momento no se han tenido, a la vez que contaran con espacios en programas de televisión y radio institucional para la publicación de sus plataformas, desarrollo de trabajo y creación de opinión pública.
La construcción de paz y la participación política no puede verse como asunto de dos actores simplemente, pues para esta, se necesita de la vinculación de toda la sociedad. Es por ello que se plantean diversos mecanismos para promover valores políticos que permitan desarrollar en los ciudadanos una conciencia democrática, como lo es la convivencia, la tolerancia, el respeto por el opositor y la no estigmatización hacia él; todo esto ira acompañado de la participación de los ciudadanos en la planeación, toma de decisiones administrativas, formulación de políticas públicas a nivel local, regional y nacional.
La corrupción y el clientelismo han sido factores determinantes para la perpetuación de partidos y movimientos políticos dominantes. Por eso, en la implementación de este acuerdo se tomarán medidas para la promoción de la transparencia en los procesos electorales, teniendo su debido control y acompañamiento continuo de organismos institucionales y de las veedurías ciudadanas.
En síntesis se puede expresar que este acuerdo contribuye a abrir las vías democráticas para la participación política del pueblo colombiano, permitirá generar un nuevo escenario hasta ahora no vivido en Colombia, donde el exterminio del opositor sea cuestión del pasado, dejando claro que hasta que el paramilitarismo no se combata de raíz, no podrá materializarse la tan anhelada esperanza de paz con justicia social que el pueblo colombiano merece y necesita.