SEÑOR MINISTRO, SERÁ QUE USTED CONOCE LA DIFERENCIA ENTRE LO JUSTO Y LO INJUSTO.
Por. Hubert Ballesteros Gómez
8 de junio de 2016
"Nosotros, los del pueblo
laborioso y trabajador, si podemos decirles a ustedes y a todos los de su clase
qué es justo y qué es injusto."
Definitivamente la soberbia
vuelve atrevidos a los seres humanos. Los
descachados Ministros del Interior y de Agricultura: Juan Fernando Cristo y
Aurelio Iragorry (junior), pregonan a voz en cuello, que el paro organizado y
dirigido por la Cumbre Agraria Étnica y Popular en más de la mitad del
territorio nacional, es injusto. Pues según ellos, el gobierno ha mantenido una
permanente voluntad de diálogo y ha venido cumpliendo con las Comunidades
Campesinas, los Pueblos Indígenas y los Afrodescendientes, lo pactado en
jornadas de paro y movilización anterior.
Según estos dos personajes de la clase política
corrupta y criminal del régimen colombiano, reclamar lo que en justicia le
pertenece al pueblo es un despropósito, una falta de sensatez y de sentido de
justicia. Claro, que puede saber el hijo de uno de los mayores caciques
politiqueros corruptos del Cauca y nieto de latifundistas, de las necesidades
de aquellos a los que siempre han considerado sus siervos. Cuantas necesidades
y desvelos habrá pasado el jefecillo del Norte de Santander en su vida; hijo de
político que siempre ha estado rodeado de servidumbre y de recursos para
satisfacer cada uno de sus caprichos.
Nosotros, los del pueblo laborioso y trabajador, si
podemos decirles a ustedes y a todos los de su clase qué es justo y qué es
injusto.
¿Es justo que en este país el 1% de las familias
ricas concentren el 60% de la tierra? ¿Le parece justo que un congresista se
gane mensualmente 26´749.000 pesos y el salario mínimo de un obrero sea de
689.454 pesos? Sin decir que millones de personas trabajadoras en Colombia
ganan mucho menos que eso.
También le debe parecer justo que criminales como
Uribito, Zurriaga y su hijo; el doctor Ternura y el "asesor delincuencial" del
"Centro Democrático" Luis Alfonso Hoyos, estén gozando de libertad en Miami,
mientras que miles de luchadores populares, nos encontramos en prisión
enfrentando juicios amañados sin la menor garantía por parte del denominado
sistema judicial.
Seguramente, a vende-patria como ustedes, no les
queda difícil justificar el saqueo de nuestros recursos naturales por parte de
las transnacionales y la represión que a diario se hace contra los mineros
artesanales; tampoco, que en cada movilización para reclamar nuestros derechos
sacrifiquemos la vida de campesinos, estudiantes e indígenas que caen
asesinados por las balas que dispara la policía y el ejército.
Pues déjenos decirles señores del gobierno, peones
del imperialismo. Que todo eso, y muchas cosas más que su Estado burgués ha
hecho durante los últimos 200 años, nos parece injusto, arbitrario y criminal.
No es su discurso mentiroso y prepotente lo que
define la legitimidad o no de nuestras acciones; nuestra protesta y nuestra
rebeldía, están plenamente justificadas en dos siglos de maltrato y
desconocimiento de nuestros derechos como pueblo. Ah, y déjenos también
decirles señores de la oligarquía colombiana y su clase dirigente corrupta y
politiquera. No habrá tumbas ni cárceles suficientes para enterrar ni encerrar
nuestra dignidad. Seguiremos en la brega por una Colombia mejor, una y otra
vez, nos tendrán en las calles y en las vías, hasta que nuestros derechos sean
plenamente reconocidos y llevados a la práctica.
Cárcel la Picota Bogotá junio 8 de 2016